Cuidados del bebé bajo el sol

Cuando llega el verano la mayoría de nosotros nos llevaremos a nuestro churumbel a la playa o la piscina para disfrutar juntos, pero también durante el resto del año le da el solecito a nuestro peque. Todos los padres tienen mucha precaución con sus hijos cuando están bajo el sol, pero en el caso de los niños por debajo de 2-3 años esa precaución debe ser aún mayor. Esto se debe a que su piel es mucho más sensible y fina que la de los niños mayores y adultos, y tienen mayor tendencia a quemarse y sufrir deshidrataciones bajo el sol.

En este post plantearemos algunas de las dudas que podemos tener respecto al tema.

 

¿Puedo llevarme al bebé a la playa?

Depende de la edad. En general, los bebés menores de 6 meses no deben tomar el sol nunca directamente (es decir, le puede dar el sol indirectamente cuando paseamos con él en el carrito o en brazos, pero no podemos exponerle bajo el sol directo en la playa o la piscina).

Me da mucha pena cuando le digo esto a los papás cuyo bebé ha nacido en verano; por lo que, en el caso que queráis ir con él a la playa o piscina, hacedlo a última hora del día cuando el sol ya no incide directamente, y siempre bien protegido con gorrito y ropita fresca.

Los mayores de 6 meses pueden ir a la playa o piscina intentando evitar las horas en las que el sol quema más (desde las 12 a las 17 horas) e igualmente protegidos con crema solar, gorrito y ropa fresca.

¿Se puede usar cualquier protector solar en los niños?

Respecto a los protectores solares debemos saber dos cosas de ellos: el tipo de filtros solares que lleva y el nivel de factor de protección solar (FPS).

Existen básicamente dos tipos de filtros solares: físicos y químicos.


  • Los filtros físicos son una barrera a los rayos del sol con un efecto "escudo" que hace que los rayos solares reboten en la piel y se minimice el daño solar. Para dicha protección no ejercen ninguna reacción fotoquímica, por lo que no se absorben por la piel. Esto hace que sean los ideales en los niños menores de 1 año y en personas con dermatitis o pieles reactivas; pero por su composición implica que sean una especie de pasta densa y blanquecina algo pesada y poco favorecedora.

  • Los filtros químicos son sustancias que penetran en la piel y al entrar en contacto con la radiación solar la modifican para minimizar su daño. Tienen como ventaja que son mucho más ligeros en la piel, se absorben con mucha facilidad y, al penetrar en la piel, son más duraderos. Pero dado que son absorbidos, no son bien tolerados por todas las pieles y pueden provocar alergias. Por esto es preferible evitarlos en niños menores de 1 año.

El número del FPS determina la potencia de bloqueo de los rayos del sol. Por ejemplo: un protector solar con SPF 15 bloqueará 14 "dosis" de radiación y con la 15ª nos quemaremos; es decir, bloquea 14/15 de los rayos UV, lo que equivale  un 93.3%. Con este mismo cálculo vemos que un protector con SPF 30 nos protege de un 96.7% de radiación y un SPF 50 de un 98%. Como veis la diferencia entre la protección que proporciona un SPF 15 frente a un 30 no es muy grande, sólo un 3%; y menos aún a partir de ese nivel.

Pero eso considerando que nos lo hayamos aplicado correctamente: antes de la exposición solar, en cantidad adecuada (generosa) y reaplicando cada 2 horas; pues aunque nos indique que son "resistentes al agua" todos suelen desaparecer con el agua y el sudor, especialmente los filtros físicos.

En Europa el límite máximo para catalogar un protector solar es SPF 50+ para evitar la falsa sensación de estar más protegidos con un SPF 80 o 100 o "pantalla total" pues, como veis, la diferencia es mínima. 

En resumen: preferiblemente usar filtros físicos en menores de 1 año (y especialmente en menores de 6 meses si van a estar expuestos al sol) y siempre reaplicar después del baño o cada 2 horas igualmente aunque no nos bañemos.

En caso de niños mayores de 6 meses-1 año probablemente sea más cómodo el uso de filtros químicos (los más comunes en el mercado), aunque debemos seleccionar las formulaciones que indican ser infantiles o pediátricas. 

Respecto al FPS, se recomienda seleccionar el nivel 30 o 50 sin volvernos locos buscando un número superior.

 

¡No os olvidéis de beber agua!

Mantener al bebé bien hidratado es fundamental para evitar posibles deshidrataciones o "golpes de calor", por lo que no olvidéis de ofrecer agua fresca de vez en cuando a los niños incluso aunque no la pidan.

 

¡Y a disfrutar del solecito! Nosotros ya estamos deseando darnos algún que otro remojón, ¿y vosotros?

 

Irene

 

 

 

 

 

 

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