Rutina del sueño
A veces dudo de si lo que tengo son hijas o búhos ;). Generalmente estos últimos se caracterizan por estar activos durante la noche y dormir por el día. Pero la verdad es que ellas no duermen ni de día ni de noche (o no como deberían).
No se si las causas del insomnio son hereditarias, por cuestiones físicas o psicológicas, pero lo que si se, es que a veces resulta agotador para los padres que lo sufren.
A pesar de haber sido crítica con el colecho antes de ser mamá, reconozco que es una de las mejores experiencias que me ha regalado la maternidad. Además de crear un vínculo más fortalecido entres padres e hijos y de aportar seguridad a los niños, nos ha ayudado a poder conciliar el sueño de manera más aceptable.
Pero lo que de verdad ha sido efectivo en mi caso fue establecer una rutina del sueño. Las rutinas son beneficiosas para los niños porque les hace ser más responsables y más cooperativos. Saber lo que toca hacer en cada momento ayuda a anticiparse a la situación y evita conflictos.
Antes de implantar nuestra rutina, el momento de ir a dormir era un caos. Pero a raíz de repetir los mismos pasos noche tras noche, la lucha que teníamos ha ido disminuyendo considerablemente y el momento “dormir” es mucho más llevadero.
Es muy importante que la rutina se establezca siempre a las mismas horas para que el “reloj biológico” de los niños funcione correctamente.
No soy partidaria de que los niños tengan que enfrentarse solos al momento del sueño o de utilizar técnicas que justifiquen que “si el niño llora, no le pasa nada”. Defiendo firmemente los beneficios de la crianza con apego, con amor y sobre todo con acompañamiento. (A raíz de este tema os recomiendo el libro “Bésame mucho” de Carlos González).
A continuación os detallo las pautas clave de nuestra rutina del sueño:
Evito las siestas
O si es necesario que se la echen, que sea lo más temprano posible. Con la incorporación al colegio, este tema a nosotros personalmente nos ha beneficiado porque al no dormir siesta, hemos adelantado la hora de acostarnos sin darnos cuenta.
Baño relajante
Es lo primero que hacemos cuando terminamos las actividades del día. A partir de este momento empiezan a mostrar más calma que en las horas anteriores. Podéis aprovechar para hacerles un masaje y potenciar la relajación.
Tiempo de tranquilidad
Se que no es recomendable que utilicen dispositivos móviles o televisión antes de dormir para evitar que se activen. Sin embargo, a mi no me ha supuesto un problema, siempre y cuando haya unos límites. Después de la cena, tienen un tiempo concreto (lo que dure un capítulo) para ver sus dibujos favoritos. Establecer una duración a la actividad les hace saber que una vez terminado, no existe posibilidad de negociación.
Leer un cuento
Es la parte de la rutina que no falla ninguna noche y que no me gusta saltármela porque lo considero “nuestro momento”. Hace unas semanas publiqué una entrada con algunos de Nuestros cuentos favoritos. La lectura es en su habitación y estando cada una en su cama para que vayan cogiendo el hábito de dormir en su espacio.
Apagar la luz
Es el último paso de la rutina del sueño. Debe finalizar en algún momento para que perciban que la rutina no puede durar toda la noche. Ayudar a que se sientan más seguras, lo consigo con una lámpara quitamiedos. Como sabréis, este tipo de lámparas emiten una luz muy tenue y cálida que no afecta al sueño pero se ilumina lo suficiente para que los niños se queden tranquilos.
Con la rutina casi establecida al cien por cien, mis hijas van comprendiendo que todo tiene su momento durante el día. Nadie dice que sea fácil, pero con paciencia y sobre todo constancia, se consigue. ¡Ánimo papis!
Y vosotros ¿tenéis?
Miriam.
@pedaleandocontacones
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